Jennifer Cabana

Soy periodista bilingüe y bicultural independiente. Me apasiona la cultura popular latina por su infinita riqueza, significados y enseñanzas. Disfruto mucho escribir además de compartir crónicas a través del audiovisual.

Colecciono y publico historias de vida, cada una sin igual e irrepetible. Cubro y vivo festivales de música, cine, danza, gastronomía y otros eventos culturales porque creo fielmente que, al entender al otro, sus rituales y costumbres, sus razones de ser, podré ser más empática, una mejor persona, y, por ende, una mejor periodista. Mi otra gran pasión es la danza folclórica y soy, desde niña, bailadora de cumbia colombiana. #EscriboYBailo

Jennifer Cabana •

En video, crónica homenaje a Andrés 'El Cangle' Jiménez: el eterno vendedor de las flautas de millo

Vea la crónica completa en El Espectador a través de este enlace:

https://www.elespectador.com/entretenimiento/gente/andres-el-cangle-jimenez-el-eterno-luthier-de-las-flautas-de-millo/

En Colombia figuró, por más de 50 años, un personaje único que con esmero y muchísimo carácter se ganó la vida haciendo y vendiendo flautas de millo.


Recorría a pie las calles de Soledad y Barranquilla, Atlántico como también otros pueblos de la región para ofrecer, a quien estuviera interesado, uno de los instrumentos más significativos del Caribe.

A través de esta crónica multimedia, publicada en las páginas y la web del diario El Espectador, honro la memoria de Andrés ''El Cangle' Jiménez, un señor que llegué a admirar y a estimar mucho. No habrá un hombre igual y agradezco mucho los momentos en los que pude compartir con él su quehacer.

¡Gracias Cangle por tu persona!

-Jennifer Cabana
ELESPECTADOR.COM •

Adiós Andrés “el Cangle” Jiménez: el eterno luthier de las flautas de millo

Con 75 años encima, este hombre, una especie de flautista de Hamelin, recorría las calles de Barranquilla y Soledad, Atlántico, para ofrecer, por $5.000 los instrumentos tradicionales que él mismo fabricaba.

De repente, llegaba un estallido con sabor a cumbia que transformaba el ambiente. No importaba la fecha, podía ser una mañana de abril, una tarde de agosto o algún día previo al Carnaval, pero siempre pasaba él con su sombrero vueltiao, mochila guindada, una flauta de millo en su mano derec
La Cháchara •

Petronio Álvarez, más que un festival de música

El Petronio Álvarez es un reconocimiento a la herencia africana manifiesta en el litoral Pacífico colombiano.

Si hay un evento cultural que me estremece, que toca cada fibra de mi ser, maravillándome ante sus historias y saberes, es el ‘Petronio Álvarez’ Festival de Música del Pacífico. Es de las fiestas más completas e importantes del país que permite a sus asistentes entender y vibrar con la cultura afrocolombiana. Con esas costumbres que han sobrevivido a más de 400 años, desde que los prime
La Cháchara •

Se regalan canciones en el 30º Encuentro de melómanos y coleccionistas de la Feria de Cali

Descubrir una canción nueva, para bailar o escuchar, será por siempre un acontecimiento en la vida de quienes amamos la buena música. Bien sea una salsa, un guaguancó, o un bolero, el encontrar una pista que nunca antes habías escuchado, muchas veces concebida y grabada desde hace décadas, es un verdadero placer.

Música que ha estado ahí siempre, pero que por cuestiones del destino -sumada a la casi que inexistente variedad de la radio comercial, o el desplazamiento forzado de ciertos géneros...
La Cháchara •

Suenan fuerte las nuevas voces del bullerengue

Alrededor de Colombia, varios jóvenes hacen honor a la ancestralidad manteniendo viva la tradición del bullerengue, uno de los ritmos más sentidos y representativos del folclor afrocolombiano. Febe Merab y Mathieu Ruz, desde Barranquilla, y Diana Ramírez, desde Bucaramanga, cantan, componen y llevan en alto la bandera de este género.

Es la más tímida de las integrantes de Tonada, o por lo menos eso dice. Difícil creerle, porque cuando abre la boca, sale de si un canto que lo abraza todo y que levanta hasta los oídos más exigentes.
La Cháchara •

Cumbia, grito de alegría, ¡grito de emancipación!

Ella es elegancia, dicha, sabrosura y coqueteo. La cumbia es también un homenaje a nuestros ancestros; la liberación de almas indígenas y africanas hecha baile y canción.

Cuando suena un llamador, flauta de millo, alegre, tambora y maracas, yo no sé si bailar o llorar. No tengo tiempo para pensar y mis caderas se mueven solas, poseídas por un poder que ni yo misma conozco. Es el poder de la sangre que corre por este cuerpo mestizo, que reconoce en su físico y en su espíritu la importancia de la